El estudio "¿Quién tiene tarjetas de crédito y cuentas bancarias en Uruguay? Evidencia de la Encuesta de Finanzas en Hogares de Uruguay" fue elaborado por Graciela Sanroman y Guillermo Santos del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.
 

Los autores afirman que "la proporción de hogares fuera del sistema financiero principal sigue siendo bastante alta y las empresas y hogares dependen en gran medida en el efectivo y los servicios informales para realizar transacciones económicas".
 

Agregan que "el acceso a los servicios financieros sigue siendo desigual, a pesar de ser Uruguay bastante homogéneo en la mayoría de las características culturales".
 

Por otra parte, "a pesar de que el gobierno uruguayo ha iniciado recientemente un programa de educación financiera, la mayoría de las personas no saben cómo seguir la evolución de los mercados financieros, se enfrentan a dificultades para evaluar los costos de los servicios financieros, o no entienden los beneficios de estar incluido financieramente. Esto es particularmente importante en Uruguay debido a la falta de profundidad del mercado financiero", afirman.
 

La ley de inclusión financiera que hará obligatorio el pago de sueldos mediante cuenta bancaria o dinero electrónico, haría que entre hogares de empleados dependientes la tenencia de "cuentas bancarias y de tarjetas de crédito aumentarían en alrededor de 6 y 4 puntos porcentuales, respectivamente", de acuerdo al análisis.
 

Inclusión
 

Sanroman y Santos, encontraron que el 63% de los hogares poseen tarjeta de crédito. A su vez, los resultados "indican que 1% de aumento de los ingresos del hogar eleva la probabilidad de tener una tarjeta de crédito en 0,31 puntos porcentuales".
 

Entre los hogares que tienen tarjeta de crédito, seis de cada 10 poseen una cuenta bancaria.
 

En la mitad (49%) de los hogares uruguayos hay cuentas bancarias. "Como era de esperar, la probabilidad de mantener cuentas bancarias aumenta con los ingresos de los hogares: un incremento del 1% por ciento de ingresos de los hogares eleva la probabilidad de tener cuentas bancarias en 0,33 puntos porcentuales", sostienen.
 

Alrededor de 77% de los que tienen una cuenta también tienen tarjetas de crédito, añade el trabajo.
 

Como "en Uruguay existen otras instituciones financieras aparte de los bancos que suministran tarjetas de crédito, pero no cuentas bancarias", se explica que haya más proporción de plásticos que de cuentas.
 

Según los datos relevados, "los hogares cuyo jefe es menor de 20 años o mayor de 80 años tienen menos probabilidades de tener tarjetas de crédito. Los resultados también indican que la probabilidad de ser dueño de tarjeta de crédito se incrementa en 4,5 puntos porcentuales si el jefe de familia es una mujer, siendo no significativo el efecto de ser una madre soltera".
 

"El efecto del tamaño del hogar también es significativo y negativo. Eso podría ser racionalizado por el hecho de que en Uruguay las familias numerosas son más probables entre los más pobres", agrega.
 

Por último, "los hogares cuyo jefe es afro-descendiente son menos propensos a tener tarjeta de crédito, con la probabilidad disminuyendo en 8 puntos porcentuales en estos casos.
 

En el caso de las cuentas bancarias, "la probabilidad de tener al menos una es menor para los menores de 20 años de edad y mayor para las personas de entre 20 y 35 años, o entre 65 y 80, en comparación con aquellos que son de 35 a 65 años de edad", sostiene el documento.

 

Al igual que las tarjeta de crédito, "el tamaño del hogar afecta negativamente la probabilidad de tener una cuenta bancaria", explican los autores del trabajo.
 

Empero, a diferencia de lo que ocurre con las tarjetas de crédito, "el género, la residencia y el origen étnico son no significativos para determinar la probabilidad de tener cuentas bancarias", añaden.
 

"Las familias que viven en las ciudades o pueblos pequeños son menos propensos a tener tarjetas de crédito y cuentas bancarias", se afirma en el trabajo.
 

Fuente: El País, Uruguay