El ritmo cardíaco, tan personal y único como tu huella digital, puede convertirse en una contraseña universal gracias a Nymi.
Este es el reto de la start-up canadiense de reconocimiento biométrico, Bionym, que propone hacer de latidos una contraseña universal de cada persona. La identificación del electrocardiograma, a través de una pulsera tipo Fitbit, abrirá el teléfono móvil, las aplicaciones, el coche e incluso permite acceder a un vuelo sin necesidad de la tarjeta de embarque y acceder también una habitación de hotel. También podría encender un ordenador y realizar compras.
Presentado hace unos días en la conferencia EmTech en Boston, el Nymi reconoce las señales eléctricas únicas del corazón y envía la señal a través de Bluetooth al dispositivo que se desea desbloquear. El dispositivo no mide la frecuencia cardíaca real sino la actividad eléctrica que genera el pulso. La empresa asegura que ese patrón es único en cada persona. La pulsera estará midiendo siempre ese patrón eléctrico, por lo que sólo haría falta estar en cercanía al objeto o acción que requiera una autentificación.
Bionym ha conseguido 14 millones de dólares de inversión para poder desarrollar sus planes, y MasterCard y SalesForce están entre los que han participado en las rondas de financiación. El Nymi puede ser reservado en la actualidad por USD 79.
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