Desde fines de octubre, los negocios de EE UU pueden cobrar a través de la plataforma Apple Play. Los expertos prevén que esto sea el catalizador para impulsar rápidamente el uso del smartphone como moneda de cambio.
En España, supermercados y comercios comienzan tímidamente a introducir nuevas fórmulas para pasar por caja, como el contactless y el móvil, en un país que tradicionalmente se ha encontrado a la cabeza en el uso de tarjetas.
Un informe bienal de MasterCard destaca que en los dos últimos años el ritmo de aceptación de comercios que permiten el pago por tarjeta ha subido cinco puntos y es uno de los más altos en Europa. Actualmente son el 52,4% los negocios que usan este medio (20 puntos más que hace una década).
Aún así, puede parecer que el uso no está demasiado extendido, porque casi la mitad de las pymes no utilizan este medio. “Es una cifra muy buena y pese a la crisis va aumentando. España tiene el mejor dato de Europa por comercio y habitantes”, explica Emilio Acevedo, director de productos de empresa de MasterCard. “Nos solemos fijar en las grandes ciudades, donde está más implantado, pero muchos comercios en el resto de España donde se usa más el efectivo”, apunta Guillermo González, director de Cocem (Confederación de Comercio de Madrid).
Los motivos para facilitar este modo de pago a los consumidores, según el estudio, es facilitar las ventas (56,1%), comodidad (46,9%) y porque lo demandan los propios clientes (46,9%). Alrededor el 36,9% de las ventas ya se hacen por tarjeta, con un importe medio de 76 euros (frente a 58 euros en efectivo). En tres de cada cuatro casos las tiendas no imponen un pago mínimo, aunque en las que sí lo exigen, la media es de 13 euros.
Por tipo de comercio, los especializados en textil, farmacia, calzado o cosméticos son los que más permiten el pago con tarjeta (en un 78% de los casos). Por el lado contrario, solo el 26% de bares y cafeterías dan esta facilidad al cliente. “Hay un segmento en el que todavía no está implantado. Es el caso del comercio de alimentación de perecederos como pescaderías, carnicerías o fruterías, con un importe bajo de compra media, que tienen reticencias por las tasas de descuento que deben pagar, ya que su margen de beneficio es escaso”, añade González.
Sin embargo, las nuevas tecnologías pueden cambiar la costumbre, gracias al método que permite al cliente pagar con solo acercar la tarjeta al terminal de venta. “En bares y cafeterías la tendencia está cambiando gracias al contactless, porque es mucho más rápido y a los dueños les interesa este uso, debido a la alta rotación de personal y el manejo en efectivo”, asegura el directivo de MasterCard.
Además, el abaratamiento de costes está facilitando una mayor incursión de las tarjetas. El pasado verano, el Gobierno adaptó la Directiva de Servicios de Pago de la Unión Europea, que obligaba a reducir los porcentajes que cobran los intermediarios. Por cada venta, el comerciante paga una tasa de descuento, “que se sitúa ahora comúnmente entre el 0,60% y el 0,75%”, asegura el responsable de Cocem. De esa comisión, lo que el Ejecutivo ha rebajado es la tasa de intercambio (que se llevan los intermediarios no bancarios). Ahora, en el caso de las operaciones de débito, el máximo es del 0,20% y en crédito, el 0,30%. Y nunca será superior a siete céntimos.
Además, en los casos de pagos menores a 20 euros, se reducen al 0,10% y 0,20% respectivamente. “Ofrecer mejores tasas es una bandera de enganche para los comerciantes”, destaca González. “Aunque estas bajadas no se están trasladando a los negocios de forma tan rápida como era de esperar”, se queja.
El parque total en España de terminales POS es aproximadamente de 1.370.000, de las que 475.000 permiten el cobro contactless, con previsión de cerrar el año con 600.000 unidades. El estudio de MasterCard señala que el 12,3% de los comercios permite el pago sin contacto y solo el 1,2% a través de teléfonos inteligentes.
“El pago por móvil una tendencia imparable”, cree González, “aunque de momento no está excesivamente en uso porque hacen falta más smartphones que lo permitan”. Pero Apple Play ha empezado a cambiar todo, gracias a la colaboración de la compañía tecnológica con Visa, MasterCard y con las entidades bancarias.
“Apple marca tendencia. El pago por móvil va a canibalizar el uso del plástico”, confirma también Gonzalo Caselles, director del área de pagos de ING Direct. “Se va a extender rápidamente en los próximos dos años”, predice.
La experiencia de Mercadona
Las entidades bancarias ya han emitido masivamente tarjetas contactless. “El siguiente paso es virtualizar las tarjetas en el móvil”, comenta Fermín Garde, especialista en pagos de retail de Wincor Nixdorf. Grandes empresas como Carrefour, Día o Caprabo ya han comenzado a usar la versión sin contacto. Mercadona ha invertido cinco millones de euros en instalar en todos sus supermercados 16.000 nuevos terminales de cobro por proximidad, que estarán operativos el 1 de diciembre en toda la cadena. Desde la empresa se informó que el sistema permite adaptarse al Apple Play. En las compras inferiores a 20 euros, con el contactless no hay necesidad de teclear el número PIN para agilizar los pagos.
Nuevas tendencias
A estas carteras virtuales se une también Google Wallet o Wincor Wallet, a las que añadir nuevas aplicaciones que facilitan el pago entre particulares. “La tecnología permite que haya nuevos jugadores no financieros, otros intermediarios que desean quitar mercado a los bancos”, reconoce el ejecutivo de ING Direct. “Cada vez todos tenemos que centrarnos más en mejorar la experiencia de compra del cliente”, añade.
El responsable de Wincor coincide con esta visión: “Lo que se impone es la movilidad en el punto de venta”. Por ejemplo, el dependiente enseña al cliente en una tableta las diferentes opciones de un producto y le cobra allí, con el mismo dispositivo. “El comerciante puede consultar con la tableta, por ejemplo, sobre si hay stock de un pantalón en otro color en otras tiendas, se lo mandan a casa, y le cobra de forma inmediata, sin que el cliente se vaya”.
Fuente: Cinco Días, España