La población mexicana utiliza menos las tarjetas de crédito que ofrecen los bancos y actualmente, de 29 millones tarjetas en circulación, sólo se utilizan 18,4 millones, de acuerdo con un reporte de BBVA Bancomer.
La población mexicana utiliza menos las tarjetas de crédito que ofrecen los bancos y actualmente, de 29 millones tarjetas en circulación, sólo se utilizan 18.4 millones, de acuerdo con un reporte de BBVA Bancomer. Ello se atribuye al bajo crecimiento de la economía, a la poca generación de empleos y a que los salarios no han mostrado un repunte.
Dentro del crédito al consumo otorgado por la banca comercial, la tarjeta de crédito había sido en la última década la principal fuente de financiamiento para las familias.
En el 2000 llegó a representar más de 70% de ese portafolio, según el reciente reporte Situación Banca de BBVA Bancomer. Desde el 2007 inició la baja en su participación y en el 2014 sólo tenía 43% del pastel. En contraparte, han ganado terreno los créditos personales y de nómina (19 y 23%, respectivamente al cierre del 2014).
El número de tarjetas de crédito ha venido en aumento. Al tercer trimestre del 2014 había casi 29 millones de plásticos vigentes, de acuerdo con el mismo reporte de BBVA. Sin embargo, sólo 18,4 millones eran utilizadas.
“Los datos indican que el número de tarjetas de crédito utilizadas se incrementa a un ritmo menor. De manera particular, la caída en la tasa de crecimiento observada durante el 2014 estaría reflejando, entre otros aspectos, la falta de dinamismo en el consumo interno”, refiere el banco.
Después la crisis del 2008-2009 hubo una caída abrupta en el crecimiento de la tarjeta de crédito en el país, en el 2011 inició su recuperación, hasta llegar a un crecimiento de 12,82% en términos reales en diciembre del 2012. A partir de ahí, perdió dinamismo. Incluso desde julio del 2014, se presentan cifras negativas en este rubro, de acuerdo con cifras del Banco de México. En diciembre pasado el desplome fue de 2,11 por ciento.
La propia Asociación de Bancos de México (ABM) ha reconocido esta importante caída en el crecimiento de la cartera de tarjeta de crédito en los últimos dos años, y lo atribuye, en parte, a los bajos salarios que percibe la clase trabajadora.
“Ciertamente en los últimos dos años (han sido para la tarjeta de crédito) con crecimientos muy pequeños, inclusive en los últimos meses con decremento. También tendrá qué ver esto con la parte de salarios. Los salarios en el país no han tenido un crecimiento en términos reales en los últimos años. Y sí es importante para este negocio que los incrementos del consumo en tarjeta de crédito fueran acordes con el crecimiento de los salarios”, ha dicho Javier Foncerrada, director de Grupo Financiero Inbursa.
El banquero confía en que en los próximos años haya un crecimiento significativo de la economía, y por lo tanto una recuperación de los salarios. “Por lo menos eso es lo que estamos esperando (...) Empieza a mostrar una recuperación de los salarios, y por lo tanto seguramente en los próximos años sí veremos mayor crecimiento en el negocio de tarjetas de crédito, y en general en el crédito a las familias”.
En su reporte, BBVA Bancomer coincide en que el crecimiento del crédito en tarjetas se encuentra altamente influenciado por el desempeño (rezagado) de variables económicas relevantes como el empleo, la actividad económica, la confianza del consumidor e indicadores de ingreso como el salario base de cotización de los trabajadores afiliados al IMSS.
“La disminución en el ritmo de crecimiento de este tipo de crédito a partir del 2013 refleja la debilidad observada en esas variables y anticipa que primero deberá registrarse un fortalecimiento sostenido de la actividad económica y del empleo, y después de algunos meses, podría esperarse un mejor desempeño de la cartera de crédito al consumo en general y de la correspondiente a tarjetas de crédito en particular. Algo similar, pero de mayor magnitud, ocurrió durante la contracción económica que el país experimentó en el 2009”, enfatiza la institución financiera.
En el reporte se destaca que entre quienes sí usan la tarjeta de crédito, el número de operaciones ha crecido en los últimos años, aunque los montos de las transacciones han venido a la baja.
“Desde que se cuenta con el registro de las operaciones con tarjetas de crédito, también puede observarse que el importe promedio por transacción muestra una tendencia a la baja. Cuando se considera la totalidad de operaciones, se observa que dicho importe ha disminuido en términos reales, al pasar de 1.227 pesos en el 2005 a 854 pesos en septiembre del 2014 (...) Esta migración hacia un mayor número de operaciones, pero por un importe real menor, podría reflejar tanto una mayor familiarización de los tarjetahabientes, como también la expansión en los pequeños proveedores de bienes y servicios que aceptan tarjetas. Otros factores que podrían influir en este comportamiento serían la contracción en el poder adquisitivo de los tarjetahabientes (que los llevaría a realizar compras de menor importe) o un uso más prudente de las líneas de crédito”.
Aunado a ello, agrega, los montos de operaciones con tarjeta de crédito en cajeros automáticos también han aumentado, lo que “podría evidenciar una mayor necesidad de liquidez de los tarjetahabientes, que no pueden obtener a través de otros canales”.
Otro factor interesante que revela el estudio de Bancomer es que quienes están al corriente de sus pagos en créditos con tarjeta, han mostrado un ritmo de crecimiento a la baja desde finales del 2012, aunque continúa siendo positivo. “Este menor dinamismo, de nuevo, puede ser reflejo de una contracción en el ingreso disponible de los tarjetahabientes, que afecta la capacidad para cumplir a tiempo con el pago de su línea de crédito”.
Morosidad, en sentido contrario
La morosidad en los créditos al consumo en general, y en tarjeta de crédito en particular, también ha venido al alza.
De acuerdo con BBVA Bancomer, la cartera vencida del crédito al consumo ascendió a octubre del 2014 a 37.000 millones de pesos, un incremento de 3,7% real respecto del saldo observado en el mismo mes del año previo.
“En particular, el crédito vencido asociado a tarjetas de crédito incrementó su participación dentro de la cartera vencida total de 45 a 49% entre octubre del 2013 y octubre del 2014”.
El reporte añade que, de esta forma, las tendencias observadas tanto en la cartera vigente como en la vencida apuntan a que detrás del comportamiento observado en estas variables se encuentra una disminución en la capacidad de pago de los tarjetahabientes, lo que a su vez sugiere la necesidad de dar seguimiento al posible incremento del riesgo en esta cartera.
“Si bien una recuperación sostenida de la actividad económica, el empleo y el ingreso disponible contribuirían al sano crecimiento de este mercado, dado el reciente aumento registrado en la cartera vencida y el incremento en opciones alternativas de financiamiento al consumo (crédito no revolvente, que ha absorbido capacidad de pago de las familias), no es de esperarse que en el corto plazo el crédito a través de tarjetas recupere el dinamismo que se observó durante el 2011 y el 2012”, concluye el banco.
Fuente: El Economista, México
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