La revolución tecnológica se une a la ebullición actual de los medios de pago. Los bancos y las sociedades de medios de pago y dinero electrónico tienen previsto reunirse en los próximos días para poner en marcha una infraestructura común para incentivar el pago con móvil en tiempo real. El objetivo es que todas las aplicaciones y móviles sean compatibles para realizar estas operaciones de bajo importe en España y más tarde en toda Europa.
 

La industria de los medios de pago está en plena ebullición. Mientras que los cajeros automáticos se sofistican cada vez más para incluso, en algunos casos, sustituir en varias funciones a las oficinas bancarias, el pago con móvil ha iniciado su andadura aunque todavía de forma muy incipiente y solo para abonar pequeñas cantidades.
 

Las entidades financieras y las firmas de medios de pago, e incluso el Banco de España y Banco Central Europeo (BCE), son conscientes del potencial de este nuevo sistema conocido como pago instantáneo (mecanismo de pago electrónico por el que se adeuda al ordenante y se abona al beneficiario en cuestión de minutos o incluso segundos). Ante ello, y pese a que su puesta en marcha es muy incipiente en España, las entidades y sobre todo el regulador quieren evitar que se repita lo que sucedió hace décadas con las tarjetas de crédito, sobre todo en España, en la que existen tres redes diferentes (ServiRed, Euro 6000 y 4B), una peculiaridad que no se da en otros países. Eso sí, se puede sacar efectivo de las tres redes seas o no cliente de ellas, aunque previo pago de comisiones.
 

Estas instituciones, además, quieren que estos pagos y las transferencias que se puedan realizar en un futuro a través del móvil puedan extenderse a toda Europa y con cualquier banco y operador de telefonía, algo que ahora no se puede realizar. Para ello, es necesario crear una infraestructura eficaz y común a nivel nacional, primero, para que más tarde pueda extenderse a Europa, explican varias fuentes implicadas en este proyecto.
 

El objetivo es aprovechar las ventajas de la integración ya alcanzada con el SEPA (Sistema de pagos europeo en sus siglas en inglés) y evitar el desarrollo de un mercado fragmentado en Europa de medios de pago con móvil, explican fuentes bancarias. Estas mismas fuentes recuerdan que en los próximos días está prevista una reunión entre los diferentes protagonistas de esta industria, incluidos los consumidores y representantes del supervisor, para evaluar la viabilidad de crear esta plataforma de pago instantáneo en euros.
 

“Las soluciones para pagos instantáneos deben evitar la mentalidad de los sistemas cerrados que no se comunican entre sí, y tomar ventaja de la armonización e integración ya alcanzado con el proyecto SEPA”, reclamó en diciembre Yves Mersch, miembro del comité ejecutivo del BCE y presidente del consejo de pagos minoristas en euros. Varias fuentes financieras recalcan la necesidad de que se garantice la interoperabilidad de este incipiente pero con gran potencial medio de pago. Para ello, la banca y los operadores deben crear infraestructuras de compensación y liquidación para apoyar esta evolución proporcionando la disponibilidad y capacidad requerida. El objetivo es abrir los pagos en euros a cualquier proveedor de servicios de pago en la UE, declara el BCE.
 

Fuentes financieras afirman que pese a que el pago con móvil es relativamente reciente, “su crecimiento no solo es imparable, sino que está siendo más imparable de lo previsto”.
 

La tecnología NFC es la encargada de permitir comprar en un establecimiento acercando el móvil a un terminal. El reto es que tanto el comprador como el vendedor compartan esta tecnología.
 

CaixaBank y Santander, junto a Telefónica, ya pusieron en marcha en octubre Yaap Money, una aplicación que permite enviar hasta 2.500 euros de forma instantánea y tan segura como una operación que se pueda realizar en la banca tradicional. Pero fue BBVA el primer banco español que puso en facilitar el pago con móvil en diciembre de 2013, denominado Wallet. Todos estos abonos con tarjetas o con móvil cuentan con el apoyo de los gobiernos, cada vez más proclives a que se restrinja el pago en efectivo.
 

Fuente: Cinco Días, España