Sostiene que “hay muchos jugadores, públicos y privados, que están interesados en avanzar en inclusión financiera. Hay muchos gobiernos que traen una agenda de inclusión financiera”. Junto con ello, afirma que hay compañías no tradicionales que tienen en su agenda de responsabilidad social y corporativa o como plataforma de negocios el trabajo en segmentos de enormes ingresos,  ya sea de forma individual o con micro o pequeños comercios.
 

En cuanto a Chile, resalta que está en el cuarto lugar dentro de la región, con 63% de bancarización, por lo que si bien reconoce que queda trabajo por hacer, señala que el país ha hecho cosas positivas en la materia. En ese sentido, resaltó la cultura de uso de medios de electrónicos (tarjetas de crédito y débito), punto en el que añadió que el crecimiento en dicha área añadió US$6.400 millones al PIB chileno, dado que el mayor uso de las tarjetas de crédito y débito contribuye a fomentar la actividad económica al reducir los costos de las transacciones y mejorar la eficiencia en el flujo de los bienes y servicios, de acuerdo a un estudio realizado para Visa por Moody’s Analytics en 2012.
 

En Visa destacan que de acuerdo al estudio “Indicadores de Acceso y Uso de Servicios Financieros”, de 2013, Chile ha crecido un 22,8% en instalación de terminales POS, mientras que en  Colombia es de 15% y en Perú, de 7,9%.
 

También, el hecho de existan en el país ocho comercios que aceptan tarjeta por cada 1.000 habitantes, “cifra muy interesante para un país de 17 millones de personas, sólo superado por Argentina (9) y Brasil (15).
 

Otro aspecto que Ortega destaca de Chile es la solidez de las instituciones financieras y la política económica, a lo que se suman idea como la creación del Consejo Nacional de Inclusión Financiera entidad que se encarga de coordinar las diversas instituciones públicas vinculadas con la inclusión y la educación financiera.
 

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