En España BBVA, Sabadell, Bankinter y CaixaBank ya disponen de apps para pagar con el teléfono.
Según el estudio La Sociedad de la Información en España del año 2014, los españoles pasan más tiempo conectados a internet desde sus dispositivos móviles que desde un PC. El porcentaje, según el informe que publica de forma anual la Fundación Telefónica, es del 53% para la combinación de tablets y smartphones y el 47% para los ordenadores de mesa.
Este cambio de tendencia en el consumo de internet ha provocado también una revolución en la relación entre las entidades bancarias tradicionales y los usuarios. Los clientes quieren acceso rápido y sencillo a todas sus cuentas y, si es posible, tener la capacidad de manejar todo con su dispositivo móvil.
La banca digital no es una cosa nueva, pero esa constante actualización que demandan sus clientes, sobre todo los más jóvenes, exige que los grandes bancos estén siempre desarrollando nuevos servicios ligados a la tecnología. Uno de los más demandados es la capacidad de convertir el smartphone en una tarjeta de crédito.
Con una simple descarga de la aplicación de la entidad, y vinculando nuestra tarjeta física a una virtual, pagar en muchos establecimientos es tan sencillo como acercar el telefóno desbloqueado a un POS e introducir el pin de la tarjeta. Nada más.
Millones de usuarios
El primer banco español en ofrecer este servicio a los clientes fue BBVA. Uno de los pioneros en la transformación digital de la banca, lanzó en diciembre de 2013 su BBVA Wallet, que apenas 10 días después ya tenía más de 15.000 descargas y que, a día de hoy, está a punto de romper la barrera del millón de usuarios sólo en España.
El proceso es sencillo: tras instalar la aplicación en el dispositivo, ya sea con sistema operativo Android o iOS, sólo queda vincular una tarjeta física al monedero virtual. Tras este rápido proceso, sólo hay que poner el móvil a menos de 20 centímetros del POS del establecimiento y, tras meter el pin, la operación estará terminada.
Puede que BBVA fuera el primero que se lanzó de lleno a la aventura de la conversión digital de la banca, pero a partir de ahora va a tener un duro competidor en el mercado. El pasado 14 de enero CaixaBank anunció la creación del primer banco creado para móviles: imaginBank. La entidad catalana prevé incorporar medio millón de clientes nativos digitales, o millenials, en apenas un par de años. Este lanzamiento llega después de que, en septiembre de 2015, se pusiera en marcha la aplicación CaixaBank Pay, que está basada en la tecnología Host Card Emulation (HCE) para ofrecer el máximo nivel de seguridad al usuario.
El sistema es el mismo: el smartphone se convierte en una suerte de tarjeta para poder pagar en gran parte de los establecimientos. En general este tipo de servicios son similares para casi todas las entidades, aunque todos presentan alguna característica que les diferencia del resto.
En el caso de Bankia, que ofrece esta modalidad desde julio del año 2014, es la necesidad de incorporar al dispositivo un sticker, una pegatina en forma de tarjeta física, que se coloca en la parte trasera del smartphone. Este elemento se combina con la aplicación instalada en el terminal y permite realizar los pagos sin necesidad de abrir la aplicación aunque, como en el resto de entidades, el usuario tendrá que introducir el pin de la tarjeta si la operación supera los 20 euros.
En la misma línea está el Banco Sabadell, que desde julio de 2015 tiene a disposición de todos los usuarios su servicio Sabadell Wallet. La mecánica es similar a la del resto de bancos, pero el Sabadell fue el primero que llegó a un acuerdo con Mastercard para incluir a este tipo de tarjetas en la oferta para sus clientes.
Bankinter también tiene a disposición de cualquiera un servicio para pagar con el teléfono móvil, aunque en este caso es algo parecido a una extensión de la tarjeta física, con la particularidad de que la versión en el smartphone tiene su propio código pin. Además de permitir los pagos en establecimientos, ofrece la posibilidad de hacer compras a través de internet, aunque tiene un coste de 10 euros anuales.
Servicio entre particulares
El pago entre particulares es otra de las modalidades en las que está trabajando buena parte del sector bancario español. No consiste en el pago en establecimientos, sino en el uso entre usuarios particulares que hacen operaciones con pequeñas cantidades de dinero.
Hace ya algunas semanas que ING Direct lanzó Twyp, una aplicación que permite mandar dinero de móvil a móvil a través de un monedero virtual que se puede recargar desde una cuenta de cualquier entidad. Es gratis, aunque tiene un límite de 1.000 euros anuales para enviar, recibir o retirar desde Twyp a una cuenta bancaria.
Algo similar ofrecen el Banco Santander y el Popular. El primero tiene su propio Wallet, que no permite pagar con el dispositivo móvil, pero sí mandar dinero entre varios de ellos siempre que sean usuarios en España. El segundo, a través de su aplicación Hal Cash, permite el envío de dinero entre personas que no tienen una tarjeta de crédito. Simplemente con la aplicación del Banco Popular se manda dinero a cualquier persona, que lo retira de un cajero sin necesidad de ser cliente. El servicio tiene un coste de dos euros por operación.
Según el informe elaborado por la Fundación Telefónica, en 2014, que es el último año del que se tienen datos ahora mismo, un 81,7% de la población reconocía, en el momento de la encuesta, haber accedido desde su móvil a internet. Es una cifra 11 puntos superior al año anterior. Ese mismo informe resaltó que los españoles consultan su smartphone más de 150 veces al día de media.
La dependencia de los españoles del teléfono móvil es cada vez mayor, pues en un sólo dispositivo podemos llevar la agenda, la música, un álbum de fotos y, ahora, también la tarjeta de crédito.
Fuente: El Mundo, España
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