China está reduciendo gastos en su maquinaria para minería a medida que su economía va descendiendo. Emiratos Árabes Unidos y otros países de Oriente Medio ya no rebosan de dinero derivado del petróleo, poniendo en riesgo a marcas de lujo de automóviles. Rusia, aún ante sanciones de Occidente, no puede comprar tanto equipamiento de energía de alta tecnología.
La reducción de velocidad en los mercados emergentes está dejando vulnerable a Alemania… y, por extensión, a Europa.
Conforme muchos negocios en la región enfrentaron dificultades tan solo para salir a flote en años recientes, empresas alemanas prosperaron vendiendo los bienes y tecnología que países emergentes necesitaban para convertirse en economías más modernas.
Ahora, Alemania, que representa el mayor porcentaje de la economía europea, está pareciendo el rezagado. Comparada con las economías de otros países en la región, la de Alemania ha estado más profundamente atada a mercados emergentes.
Menores ventas en cientos de exportadoras alemanas de tamaño medio se traduce en menor crecimiento económico en general. Los proveedores de equipo de minería generaron exportaciones por 6.200 millones de euros en 2012. Esas exportaciones cayeron a 3.500 millones de euros el año pasado, tendencia que se ha desarrollado en diversas industrias.
A medida que las exportaciones han bajado, el humor en Alemania se ha tornado sombrío.
Los pesimistas superaron en número a los optimistas en febrero por primera vez desde finales de 2014, con base en el sondeo de gerentes comerciales por parte del Instituto Ifo en Munich, considerado una fiable manera de predecir el crecimiento. Si la confianza se mantiene débil, es probable que se recorten planes de invertir en nuevo equipo o contratación de personas, provocando que el crecimiento se desacelere.
Una economía alemana más débil tendría consecuencias políticas para Europa. Con lo mucho que a otros europeos les gusta criticar a los alemanes, es dudoso que la eurozona pudiera haber sobrevivido a su reciente crisis de la deuda sin la chequera de Alemania. Contribuye más de una cuarta parte del financiamiento para el Mecanismo de Estabilidad Europea, el nuevo fondo de rescate usado para prevenir el colapso total de países como Grecia.
Para productores alrededor de la eurozona, compradores alemanes también llenaron el vacío dejado por españoles, italianos y portugueses en aprietos. Cuando las ventas de automóvil cayeron en un profundo bache a partir de 2009, los alemanes no solo compraron vehículos Volkswagen y Mercedes sino también Fiat italianos y Renault franceses.
Durante la última década, Alemania ha sido algo similar a un centro comercial para países en desarrollo. Si un país estaba mecanizando sus granjas, empresas alemanas como Claas hacían los tractores y cosechadoras de grano. Si un país necesitaba una fábrica para producir oxígeno líquido o una para embotellar cerveza, empresas alemanas como Linde o Krones podían diseñar, equipar y construir la planta entera.
Las exportaciones alemanas a países productores de petróleo cayeron 7% el año pasado. Miren a donde miren ejecutivos alemanes, tienen dificultades para identificar una región que esté en auge como China lo estuvo hasta hace poco.
Irán representa una oportunidad, pues las sanciones ya fueron levantadas y el país se ha estado abriendo. Empresas alemanas se están apresurando a explotar el nuevo mercado. Sin embargo Irán no tiene el tamaño suficiente para apoyar el crecimiento alemán. Además, empresas alemanas probablemente tengan que adaptarse a una tasa de crecimiento que está más cerca del mediocre promedio de la eurozona de alrededor de 1%; haciéndolo un miembro del grupo en vez del líder.
Fuente: The New York Times
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