"No hay vuelta atrás" en el avance de los medios electrónicos de pago, subrayó el ejecutivo de Visa.
 

En una entrevista en la oficina regional en Miami, donde acaba de inaugurarse un centro de innovación para que clientes, socios y desarrolladores de Latinoamérica y el Caribe puedan crear junto con Visa la próxima generación de aplicaciones de comercio y pago, Coello se mostró optimista respecto a su área de negocio.
 

Pese a que la etapa de bonanza de la última década ha dado paso a otro ciclo, "vemos un crecimiento positivo" en América Latina y el Caribe, dice refiriéndose a Visa en concreto.
 

En América Latina y el Caribe hay 449 millones de tarjetas Visa y siete millones de puntos de venta donde se pueden usar, según datos de la empresa.

 

"A medida que la industria de pagos evoluciona del plástico a lo digital y nuevos jugadores se unen a los actores tradicionales en el mundo de los pagos, el objetivo de Visa es asegurarse que cualquier dispositivo con acceso a internet pueda realizar compras y pagos de manera segura", subraya el comunicado de presentación del nuevo centro de innovación de la compañía para América Latina y el Caribe.
 

El centro, de unos 250 metros cuadrados, reúne algunas muestras de cómo el "internet de las cosas" va a cambiar la experiencia de comprar y de pagar los productos y también soluciones como unas pantallas gigantes que ayudan a los comercios a optimizar sus inventarios y a exponer de una manera innovadora sus productos.
 

Otras de las novedades visibles en el centro son las primeras tarjetas Visa "wearables", literalmente llevaderas, pues tienen forma de brazalete o anillo.

 

En los Juegos Olímpicos Brasil 2016, de los que Visa es patrocinadora, se entregarán "wearables" a un grupo especial de personas asistentes antes de su comercialización general.
 

La popularización de estos productos, que permiten lo que se denominan transacciones "tokenizadas", que tienen un grado de seguridad mucho mayor que las regulares, va a depender de que los bancos y comercios acepten ese sistema de pago y se hagan con los terminales necesarios para realizar esas operaciones.

 

Coello, de nacionalidad mexicana, indicó que la alianza de Visa con los Juegos Olímpicos "siempre" ha dejado a la compañía "muy satisfecha" y lo mismo sucederá con los juegos en Brasil, porque los principios del olimpismo y los de la empresa son "los mismos".
 

Preguntado por las dudas en torno a si la inestabilidad política en Brasil o la epidemia de zika pueden influir negativamente, subrayó que cada edición de los Juegos Olímpicos tiene sus "desafíos" y se declaró seguro de que serán un éxito.
 

Entre los países que abarca la oficina de Coello no está Cuba y por ahora no hay señales que indiquen cuándo llegará el deshielo en las relaciones entre la isla y EE.UU. al terreno de las tarjetas de crédito.
 

 "Visa es una empresa estadounidense y sigue las pautas que marca el Gobierno de EE.UU. No tenemos relación con bancos en Cuba y no hay tarjetas con el logo de Visa emitidas en Cuba, aunque los turistas que tienen tarjetas de esa marca vinculadas a bancos que no son estadounidenses pueden operar con ellas desde hace mucho", explicó.

 

Coello hizo hincapié en que mientras no cambien las reglas del juego establecidas por EE.UU. no pueden saber si operarán en la isla ni cuándo sería.
 

La seguridad sigue siendo la razón principal para que el consumidor latinoamericano prefiera usar tarjetas de crédito para pagar en lugar de efectivo, pero ahora además existe el aliciente de la devolución de parte del IVA a quienes paguen con tarjetas de débito o crédito.
 

El pionero en estas iniciativas ha sido Uruguay con la Ley de Inclusión Financiera, que entre otros muchos objetivos tiene el de promover el uso de medios de pago electrónicos como manera de brindar más transparencia a las transacciones.
 

La ley establece la devolución de parte del IVA, que en Uruguay es del 22 %, a quien pague con tarjeta de débito (cuatro puntos) o de crédito (dos puntos), lo que ha hecho crecer, no solo el uso y la red de aceptación de esos medios de pago, sino la base impositiva del país y el nivel de bancarización.
 

Hay varios países que están estudiando con atención el caso de Uruguay, como Costa Rica, Guatemala, Brasil y México, dijo Coello.

 

Fuente: EFE