Para que ir al banco si hay aplicaciones digitales que facilitan todo; o para qué visitar a una tienda si se puede hacer compras en línea; mejor rentar un departamento en una zona “trendy” que pagar 20 años por un crédito hipotecario y con esta filosofía de vida, los millennials han puesto a los bancos y a las instituciones financieras en un disyuntiva pocas veces vista.
 

Sin ataduras con los modelos tradicionales, esta generación de jóvenes entre los 18 y 30 años de edad, pasaron de ser los “engreídos” que no les gustaba nada, a ser los creadores de modelos laborales, financieros y de relaciones interpersonales, que literalmente han causado shock en el mundo tradicional.
 

“Los Millennials se preocupan por el hoy y son muy críticos y exigentes”, dice Joel Cortés, director general de Kardmatch  la plataforma digital especializada en tarjetas de crédito. Y agrega: “Hay que poner atención al comportamiento y necesidades de este sector ya que, en menos de 10 años, son ellos quienes representarán 74 por ciento de la población económicamente activa”.
 

Con este poder económico, los millennials se dan el lujo de obligar a los bancos –algo que parecía imposible- a modificar sus ofertas y ofrecer mayores beneficios a sus usuarios,  sobre todo en las condiciones que imponen por el uso de sus servicios.
 

“Los bancos se verán obligados a ofrecer tasas más justas y mejores programas de recompensas ante consumidores más informados que no necesitaran sucursales bancarias”, asegura Cortés.
 

Desaparecerán las sucursales y los cajeros
 

No será inmediato, pero la tendencia apunta a que las sucursales bancarias y los cajeros automáticos desaparecerán, debido a que los millennials simplemente nos los necesitan.
 

De acuerdo a cifras de la consultora BI Intelligence, “casi tres cuartas partes de los millennials con cuenta bancaria visitan una sucursal una vez o menos al mes”, pero el dato más revelador indica que 40 por ciento de estos jóvenes, no “visitan bancos físicos en absoluto”.
 

Pero hay otro factor que es trascendental en esta relación y se refiere al hecho de que en realidad, los millennials no confían en los bancos. Esto debido a que no les causa la más mínima tranquilidad los métodos que utilizan las instituciones financieras para realizar sus cobros y esto tendrá un impacto profundo en la relación entre los clientes y estas organizaciones.
 

Para sustituir a los bancos, los millennials prefieren y sí confían en las fintech, a través de las cuales han encontrado las herramientas necesarias para solucionar sus necesidades de orden financiero.
 

De esta manera, los bancos y las instituciones financieras tradicionales se enfrentan a una etapa complicada de cambios y exigencias mayores, a las cuales tendrán que responder de manera adecuada si es que pretenden tener a los millennials como sus clientes.
 

Fuente: ElSemanario.com