La irrupción tecnológica ha propiciado el nacimiento de un nuevo sistema de pagos. El dinamismo del marco regulatorio y los nuevos requerimientos de la directiva PSD2, la proliferación de las fintech, el cambio en las expectativas de empresas y clientes y su demanda de servicios de valor añadido, así como los avances tecnológicos que facilitan los pagos, son los motores de arrastre de este ecosistema transformador, según Capgemini y BNP Paribas.
 

Estos cambios impulsarán las operaciones de pago digital, que se prevé que aumenten un 10,9% anual hasta 2020, en el que alcanzarían los 726.000 millones de dólares en todo el mundo, según recoge el informe anual de pagos elaborado por la consultora en colaboración con la entidad francesa. Las transacciones tendrán mayor impacto en las economías emergentes, que crecerán a un ritmo del 19,6% anual, superior en más de tres veces a la tasa de crecimiento prevista en las economías maduras (5,6%). La región de Asia emergente, encabezada por China y la India, liderará los incrementos con un ascenso de un 30,9%. En Europa, el crecimiento será de un 6,5% anual.
 

Los últimos datos consolidados del mercado de pagos mundial datan de 2015, año en el que se alcanzaron los 433.100 millones. Pero a pesar del creciente auge de las transacciones no monetarias, el efectivo mantiene su reinado. Algo que podría cambiar en los próximos años a lomos de canales alternativos a las ventanillas de las entidades como las tarjetas sin contacto, los wereables y la realidad aumentada.
 

En lo que se refiere a las corporaciones, las operaciones de pago digital realizadas por las grandes y medianas empresas y las administraciones públicas habrán registrado un crecimiento anual del 6,5% a finales de esta década, es decir, más de 122.000 millones de operaciones de pago mayoristas.
 

El aumento de la digitalización de los pagos entre empresas (B2B) marca las tendencias por regiones. El documento de Capgemini y BNP destaca que en las economías maduras de la región de Asia-Pacífico, las pymes utilizan sistemas de facturación digital, tarjetas virtuales y sistemas financieros y contables alojados en la nube. Por su parte, en la Asia-Pacífico emergente, las tarjetas son habituales entre empresas para simplificar y garantizar la seguridad de los pagos en la cadena de suministro.
 

Creación de valor
 

Pero además de los nuevos retos tecnológicos, el informe destaca la creación de valor que supone para las entidades este nuevo ecosistema de pagos. La posibilidad de mejorar la gestión de los flujos de caja y la automatización de tareas permite destinar mayores recursos a la prevención del fraude, lo que les ayuda a conseguir nuevos clientes corporativos o aumentar la actividad con los ya existentes. El documento recalca como bancos y fintech exploran las posibilidades del blockchain para optimizar los procesos y, en operaciones de pago transfronterizas, desarrollar plataformas de pago escalables.
 

La parte negativa llega por el lado de la regulación, o más bien por la falta de uniformidad en la misma. Los directivos encuestados para la elaboración del informe piden la armonización de normas y mayor transparencia, que se espera originen innovaciones relevantes y duraderas para los clientes.
 

La gran prueba de fuego en este sentido será la entrada en vigor de la directiva PSD2 en enero. La entrada de Europa en un mercado digital totalmente interoperable impactará en bancos, proveedores de servicios de pago, fintech y empresas. El informe advierte de que una falta de coordinación regulatoria o de gestión integrada de datos entre los bancos podría desembocar en conflictos de objetivos y competencia de agendas, lo que reduciría los efectos esperados de unificación y transparencia.
 

Fuente: Expansion.com