El fundador de Afluenta es vicepresidente de la flamante Cámara Argentina FinTech
La Cámara Argentina FinTech tiene apenas tres meses. La entidad nuclea a las compañías, mucha de ellas muy jóvenes, que están a la vanguardia de los nuevos productos y servicios digitales vinculados al mercado financiero. ¿"Odian" a los bancos o se complementan? ¿Están reguladas por los organismos del Estado? ¿Los escuchan en el Gobierno o no saben que existen? ¿Son seguras? Todas esas preguntas las responde Alejandro Cosentino, uno de sus vicepresidentes.
Cosentino es un conocedor del sector financiero, con amplia experiencia en American Express, Santander Río y The Exxel Group, entre otras compañías. En 2010 fundó Afluenta, una empresa de préstamos colaborativos que fue pionera del sector fintech local. "Cuando salimos al mercado la palabra fintech ni siquiera existía", asegura entre risas.
– ¿Cuáles son la metas de la Cámara para el primer año?
– Nuestro componente de lobby es bajo. La batalla es contra el desconocimiento: 80% de educación, 20% de charlas con el regulador, pero también hablar con ellos en un plan de difusión, contando qué hacemos. Estamos inventando servicios financieros todo el tiempo. Hay cosas que el regulador ni se imagina que podemos hacer.
– ¿Y el Gobierno los escucha?
– Sí, la recepción es excelente, cosa que antes no pasaba. Escuchan. El Banco Central y la CNV. También Modernización, simplificando trámites; o Producción, con leyes como la de financiamiento colectivo de acciones para pymes y emprendimientos. El sector encontró un terreno muy fértil en el Gobierno, hay diálogo.
– ¿Con qué organismos tratan habitualmente?
– El Central es uno de los principales actores en temas de regulación. En septiembre de 2016 tomó una decisión inteligente y convocó a una Mesa de Innovación con bancos, asociaciones y empresas fintech. El grupo se fue ampliando y ya tiene tres subgrupos de trabajo: medios de pago, tecnología y crédito y ahorro alternativo.
– ¿Hay tensión con los bancos? Cada vez que se habla de fintech se menciona, ya casi como un lugar común, el concepto "uberización de la banca".
– Esto los va afectar. Ocurre con la tecnología, siempre. Pasó con el comercio minorista, las telecomunicaciones, el transporte. Algunos bancos se resisten, pero no es productivo ir contra la tecnología. Ojalá podamos trabajar en conjunto. En algunos sectores, los bancos le dicen al regulador que trabajan en condiciones desventajosas, con reglas de juego que no son similares. No es cierto, las compañías de la Cámara tienen muchas regulaciones. Y donde no las hay, las habrá. Los bancos van a terminar beneficiándose, no sólo porque nosotros educamos a los clientes de una manera distinta a la que ellos lo hicieron, sino porque podemos hacer alianzas. Y ahí gana el cliente.
– Los miran de reojo, entonces…
– El proceso fintech local está un poco demorado en relación con el mundo, unos tres años. Por eso nos encuentra ahora peleando un poquito con lo bancos, algo que otros países ya superaron. Al fin de cuentas, hay una fusión y vamos a poder trabajar juntos; compitiendo en algunos sectores, claro. Lo hacemos, pero esa competencia nos hace a todos mejores: el que elige finalmente es el cliente.
– ¿Por qué no invitaron a los bancos a la Cámara?
– Tienen una regulación e intereses diferentes. Nosotros tenemos muchos más verticales y estamos en un período naciente, con focos diferentes. Estar separados es lo más sano.
– Tecnología y bancos remite rápido a dudas por cuestiones de seguridad. ¿La gente tiene temor de usar estos nuevos servicios?
– Cada vez menos. Una de las características de las fintech es que nacen embebidas de seguridad. Eso nos hace confiables. Además, el entorno en el que se opera, como los celulares, son familiares y hacen que la gente confíe más. Obvio que está el que no quiere poner aún la tarjeta en un sitio de comercio electrónico, o no te da el CBU para que le debites un pago de la cuenta bancaria.
– Se habla mucho de que Amazon, Google o Apple podría abrir sus bancos. ¿Qué cree que pasaría?
– Está sobredimensionado ese temor. La tarea principal de un banco es captar depósitos para originar préstamos y dar servicios asociados. Algo que tiene una particularidad: se asumen riesgos. Y eso muchas veces no es el "core" de una fintech. Amazon, por ejemplo, da préstamos desde 2011 y otorgó USD 3.000 millones en Estados Unidos, que es muy poco. Esta semana se supo que se asoció al Back of America para ver como abordan ese segmento porque la exposición al riesgo les pareció que era demasiada. Los bancos van a incorporar muchas de las tecnologías que las fintech desarrollen, y éstas se van a especializar para llegar a nichos que a los bancos no les interesan, no saben manejar o no quieren manejar. En la Argentina vamos a ganar todos porque una relación de préstamos sobre PBI del 14% es inexplicable, es muy baja. Todos sufrimos la falta de crédito, la economía lo sufre. Y fintech va a ayudar a que haya más.
La cámara incluye a diferentes segmentos de negocios, como préstamos, financiamiento colectivo o crowdfunding, inversiones, asesoramiento financiero, seguros, pagos y transferencias, monedas digitales/blockchain y seguridad. Sus empresas fundadoras son Afluenta, Bitex, Increased Card, Invertironline.com, Invoinet, Mercado Libre, Moni, Motormax, Poincenot, Primary Ventures, VU Security y Western Union.
Pionera en préstamos colaborativos
Como se dijo, además de su rol institucional, Cosentino fundó la pionera Afluenta, una plataforma colaborativa en la que un grupo de solicitantes de préstamos recibe dinero de otro grupo de inversores individuales. Después de siete años de crecimiento, la compañía acaba de superar los $ 500 millones prestados mediante 12.000 préstamos. "Los 100 millones los logramos en 45 meses. En 20 meses más lo quintuplicamos", detalla el ejecutivo.
Los inversores dentro de Afluenta tienen entre 35 y 37 años y, mayoritariamente, son hombres que trabaja en relación de dependencia. Invierten de entrada unos $10.000 y llega a formar una cartera de $45.000. Para ellos, el retorno promedio es de entre 43 y 45%.
Los solicitantes de préstamos, en tanto, son 60% hombres y 40% mujeres. El promedio de lo solicitado es $60.000, que se financian con 300 inversores. El ranking de uso de ese dinero es: arreglar la casa (25-30%), mejorar o cambiar el auto y refinanciar deudas, sobre todo de tarjetas de crédito.
– ¿Por qué es tan baja la cantidad de préstamos que dan los bancos?
– Creo que lo que viene es el debate del rol de la tasa de interés en la inclusión financiera. La mayoría de los argentinos no tiene acceso formal al crédito. Entonces, ¿por que todos tenemos que tener la misma tasas para un crédito? En el segmento de 500 y 600 puntos de Veraz -un riesgo de mitad de tabla para arriba, que es el 30% de la población-, un 20% no paga, pero un 80% sí. A ese grupo nadie le da un préstamo. Hay que mejorar la inclusión financiera y la relación préstamo PBI. Me obsesiona que cada segmento tengo un producto. Si los bancos tienen una o dos tasas no estamos ayudando a que los de abajo suban.
Fuente: Infobae
noticias reLACIONADAS
Perú: crece el envío de remesas al exterior
26 de Abril, 2024 - Perú
La Comisión Europea investiga las reglas que Visa aplica a las fintechs con las que colabora
9 de Septiembre, 2020 - Perú
España: Visa tiene ya 2 millones de teléfonos y relojes activados para pagos móviles
25 de Junio, 2019 - Perú
República Dominicana: tPago será apalancado por Mastercard