Para realizar el estudio, los datos fueron consolidados en cuatro dimensiones (Aceptación, Emisión, Infraestructura y Condiciones Socioeconómicas) y generaron un índice único. El levantamiento tuvo en cuenta informaciones como número de tarjetas por habitante; las transacciones de débito y de crédito; cantidad de cajeros electrónicos (retiros); número de agencias bancarias y cajeros automáticos; número de accesos de banda ancha; datos de aparatos de pago por habitante y por kilómetro cuadrado, PIB; IDH (Índice de Desarrollo Humano) e información poblacional y educativa.

 

En base a todos estos datos y utilizando una compleja metodología estadística, el equipo de VCA clasificó a los municipios en cuatro niveles según su grado de madurez: listos (3,8% del total), en transición (20,8%), emergentes (37,6%) e iniciantes (37,8%).

 

Localidades listas

 

El Sur y el Sudeste concentran la mayor parte de las ciudades consideradas listas, es decir, aquellas con el comportamiento de pago más digital y con números de POS y de tarjetas mejor distribuidas entre la población. Algunas de ellas son: Belo Horizonte (MG), São Bernardo do Campo (SP), Curitiba (PR) y Vila Velha (ES).

 

El Índice de Madurez para Pagos Digitales también encontró ciudades más avanzadas en relación al predominio del pago electrónico en otras regiones fuera del Sur y del Sudeste, como Rondonópolis (MT), Fernando de Noronha (PE) y Palmas (TO).

 

Se observa que los municipios cercanos a ciudades consideradas listas tienden a desarrollar un buen ecosistema electrónico de pagos. Los factores geográficos también contribuyen, como puede observarse en el entorno de la cuenca del Río Tocantins-Araguaia, que presenta mejor índice que los otros municipios del estado.

 

Transición

 

En el grupo de ciudades en transición, aparecen capitales como Manaus (AM), Maceió (AL) y Porto Velho (RO). En esta clasificación están regiones ávidas para el desarrollo de un escenario más digital, pero que todavía tienen problemas de aceptación de pagos electrónicos.

 

En la lista de las emergentes están Santarém (PA), Magé (RJ), Juazeiro (BA) y Parnaíba (PI). Estas son ciudades con gran potencial de crecimiento para la industria financiera tanto desde el punto de vista de la emisión de tarjetas y de aceptación de pagos electrónicos.

 

Principiantes

 

Las iniciantes son las que todavía demandan inversiones en infraestructura para que el sistema de pago electrónico sea desarrollado. Por lo menos el 80% de las ciudades de los estados de Amazonas, Alagoas, Maranhão, Paraíba, Acre y Bahía fueron clasificadas en ese estadio, como Braganza (PA), Parintins (AM) y Codó (MA).

 

De acuerdo con un estudio de Roubini ThoughtLab, "Ciudades sin dinero en efectivo: Comprender los beneficios de los pagos digitales", encargado por Visa, la sustitución del dinero físico genera un impacto positivo en los municipios, con un mayor crecimiento económico, más recaudación fiscal, generación de empleos, aumento de la masa salarial y de productividad, además de ganancias de eficiencia administrativa. Para consumidores y establecimientos comerciales los beneficios también son visibles, ya que agregan más practicidad y seguridad, mejor gestión financiera y mayor inclusión digital.