¿CÓMO FUNCIONA UN MOTOR DE REGLAS EN EL PROCESO DE COMPRA ON-LINE?
2 de Septiembre, 2019 - Perú
Las tecnologías relacionadas a la autenticación de compras on-line siguen evolucionando con miras a buscar soluciones de seguridad para evitar los posibles fraudes.
Hoy en día, tanto las marcas de tarjetas internacionales como los mismos emisores están implementando diversos mecanismos de autenticación como la seguridad biométrica que le permite a los usuarios realizar compras con la mayor efectividad para validar su identidad y con una mejor experiencia de compra que le quita toda clase de fricción.
Mucha de esta fricción durante la compra también se está evitando con la incorporación de un potente motor de reglas (RBA) que busca que las transacciones tengan un alto nivel de fluidez.
El RBA son las siglas de Risk Based Authentication, motor de reglas neuronal que evalúa las transacciones en línea realizadas con tarjeta de crédito y débito, con el objetivo de prevenir y controlar transacciones fraudulentas y así disminuir pérdidas por fraude. Tiene un modelo probabilístico pre-configurado que se afina de acuerdo a la cantidad de información que pueda procesar respecto al comportamiento de las transacciones que va analizando.
Un motor de reglas, aplicado al flujo de autenticación, manejará dos rangos como parte del proceso de prevención del fraude:
Si el rango es bajo, es porque el comportamiento transaccional se presenta de manera usual, entonces este patrón de conducta con el RBA permitirá autenticar la compra sin pedirle alguna actividad al usuario.
Si el rango llega a ser medio o alto, es necesario autenticar la compra bajo un segundo factor de autenticación que puede ser la biometría dactilar, facial, SMS o un Push Notification. Todo depende de los niveles de riesgo que determinen los bancos emisores y adquirentes.
Los usuarios son los principales actores dentro del flujo de autenticación puesto que son totalmente necesarios para que se pueda llevar a cabo el segundo factor, sin ellos no existiría una autenticación por medio de la biometría, lo cual es sumamente importante, porque al no estar la tarjeta o la persona presente en una transacción en línea, el riesgo de fraude siempre estará latente y por ello la tecnología siempre buscará responder al gran reto de la seguridad.
Si las reglas del emisor están basadas en el comportamiento de sus usuarios, impactan directamente en la disminución de los falsos positivos y, por tanto, se incrementarán los ratios de conversión. La optimización de estas estrategias se realiza mediante un monitoreo por parte de los analistas de operaciones quienes deben saber responder a la rapidez con la que se detecta un nuevo fraude y responder hacia la prevención.
Definitivamente, un control antifraude con un motor de reglas es un punto trascendental a la hora de realizar compras on-line con cualquier tarjeta de crédito y débito, por ello es primordial que el emisor esté informado sobre los beneficios de contar con esta tecnología y ser conscientes de que sus resultados impactarán directamente a los intereses del negocio.