Se generaron unos ingresos de $ 880 mil millones en Asia Pacífico el año pasado, según la firma consultora. Norteamérica representó $ 515 mil millones y Europa, Medio Oriente y África $ 345 mil millones. Los ingresos de las transacciones han estado creciendo a un ritmo de alrededor del 6% por año, y McKinsey espera que esa expansión continúe llegando a $ 2.7 billones para 2023.

 

Las fuentes de ingresos varían mucho dependiendo de la región. En Asia Pacífico, más de la mitad del dinero se genera mediante pagos comerciales, en comparación con alrededor del 35% en América del Norte. Los ingresos de Europa están más equilibrados, pero el dinero que sus instituciones financieras derivan de los intereses en cuentas corrientes (o cuentas de cheques, como se las conoce en los EE. UU.) está disminuyendo en medio de tasas de interés negativas en gran parte de la región.

Los ingresos netos por intereses en Europa occidental han disminuido durante seis años, cayendo en casi un 40% durante ese lapso, según McKinsey. Si bien el lento crecimiento económico ha disminuido los ingresos por concepto de transacciones, el cambio del efectivo por pagos con tarjetas  en Europa esta proporcionado un viento de cola para las compañías de pagos digitales.

 

Las transacciones en China generaron unos ingresos de $ 605 mil millones en 2018, unos $ 100 mil millones más que los EE. UU. China también representó dos tercios de todos los ingresos por pagos en Asia Pacífico. Si bien el duopolio Alipay-WeChat Pay en los pagos móviles chinos recibe la mayor atención, alrededor del 60% de los ingresos del país por pagos se derivan de la actividad comercial.