En 2019, la mitad de las transacciones presenciales con tarjeta fue de tipo sin contacto, noticia que alienta al Banco Central como gran promotor de esta migración; sin embargo, reconocen que hay mucho camino por recorrer.

 

Esto a pesar de la gran expansión, con un 92% de los casi 8,5 millones de plásticos que se usan en el país con chip/contactless, y con un 90% de los POS habilitados para leer estas tarjetas mediante aproximación.

 

Es por esto que se les está instando a las entidades a concluir cuanto antes la migración a esta tecnología, así como capacitar y vigilar a los comercios en su correcta aplicación.

 

En esa línea se destacan los bancos Popular y de Costa Rica, que optaron por desactivar las tarjetas sin chip y reemplazarlas por unas con chip/contactless, sin costo para el cliente.

 

“Con esto nos permitimos dotar al 100% de los clientes de un medio de pago electrónico de alta tecnología y propiciamos una mejora en la experiencia de compra”, comentó Silvia Goyez, jefa de Tarjetas del Banco Popular.

 

Para los clientes es prioritario que sean más exigentes con los bancos, para que le entreguen esta tecnología, así como con los establecimientos para que les permitan hacer el pago de esa forma con el POS al alcance, de modo que puedan verificar el monto a pagar y realizar la transacción de pago por sí mismos.

“Es importante que el cliente nunca entregue su tarjeta, ya que de hacerlo expone información sensible impresa en la tarjeta”, advirtió Carlos Melegatti, director de Sistemas de Pago del Banco Central.

 

A criterio del jerarca, los comercios deben enfocarse en generar las condiciones adecuadas, como son informar al cliente de que existe este método y preparar a sus colaboradores para el uso de esta tecnología.

 

Por ejemplo, dejar de solicitar el plástico para verificar la información del número de tarjeta para así no afectar la seguridad del usuario, ni pedir firma del voucher en trámites menores a 15 mil colones (unos 26,5 dólares aproximadamente), agregó Melegatti.