Con nada menos que el respaldo de 31 importantes bancos de la zona euro y adquirentes como Wordlline o Nets, EPI apunta a crear un sistema de pagos paneuropeo unificado, ofreciendo una tarjeta para consumidores y comercios en toda Europa, una billetera digital y pagos P2P.

 

Se espera que entre en fase operativa a partir de 2022, al tiempo que la sede interina de la nueva empresa se localizó en Bruselas desde julio. Su intención, es establecer lineamientos claros incluida la finalización de la hoja de ruta tanto técnica como operativa.

Actualmente, EPI está evaluando cómo se podría obtener o construir la infraestructura central necesaria para desarrollar su proyecto. Además, establecer como operar de la mejor manera, "para sostener todas las funciones y necesidades del esquema, así como los requerimientos de la entidad técnica en función del productos de pago que EPI pretende desplegar ".

 

Según EPI, "determinar los aspectos financieros de las diferentes opciones para el setup y el funcionamiento de la infraestructura central es fundamental para permitir decisiones y elecciones adecuadas".

 

La entidad está pidiendo a los potenciales socios que presenten propuestas (RFI) antes del 1 de marzo.

 

Esto será utilizado para establecer una larga lista de potenciales socios a quienes posteriormente se le enviará un (RFP) durante 2021.