Según la investigación de CB-Insights publicada en febrero de 2020, la inversión en fintechs en América Latina creció considerablemente de 2018 a 2019, y ahora el mercado fintech en la región está en total crecimiento. Brasil lidera sin duda la región con el mayor número de empresas fintechs, seguido de México y Colombia. Los principales subsectores de las fintechs son medios de pago, bancos digitales (neo-bancos), préstamos y financiación.

 

El principal motor de este notable auge en América Latina es el cambio tecnológico masivo: primero, por el aumento de la penetración de internet, que superó el 66% en 2019, por encima de la media mundial del 53% según el Banco Mundial; segundo, por la penetración de los suscriptores móviles que, según GSMA Latinoamérica, supone casi el 67% del total de la población latinoamericana. Casi el 80% utiliza sus dispositivos móviles para conectarse al Internet, y se estima que las previsiones alcanzarán el 87% en 2025. Esta evolución tecnológica ayuda a acceder a la masiva población no bancarizada y sub-bancarizada, además de las pequeñas y medianas empresas, a las que se les puede ofrecer productos y servicios digitales.
 

Al mismo tiempo, las autoridades y los reguladores de muchos de estos países latinoamericanos han promulgado regulaciones favorables para las fintechs con menores barreras de entrada al mercado, identificando sus productos digitales y servicios financieros como una manera de facilitar un amplio acceso al sector financiero.
 

Por último, según Finnovista, una organización que impulsa las fintechs y las start-ups en América Latina, los inversores internacionales se han trasladado a la región como un espacio de inversión atractivo con un pico visto en 2018. Hoy, a pesar del COVID-19 y de incertidumbre política, como por ejemplo, en torno a las administraciones de Brasil y México, la industria fintech latinoamericana se muestra muy dinámica. Según LatamFintech Hub, se recaudaron 525 millones de dólares (249,3 millones de dólares en capital y 275,7 millones de dólares en deuda) en 74 acuerdos en la primera mitad de 2020, lo que demuestra que la inversión ha continuado a pesar de las turbulencias. 

 

Impresione con productos innovadores

 

A medida que la pandemia continúa y el impacto económico posterior al COVID-19 aún está por verse, muchas empresas de tecnología financiera en América Latina pueden estar bajo estrés. Sin embargo, pueden surgir grandes oportunidades para ellas mientras la necesidad de servicios digitales aumenta repentinamente. Las fintechs podrían utilizar esta situación única para aprovechar los activos, desafiar y diferenciarse a través de más innovación y creatividad. 

 

Mientras el número de fintechs en América Latina se expande, las empresas de investigación de mercado sostienen que aquellos que causen una impresión favorable al iniciar un nuevo negocio encontrarán su camino a través de esta tormenta pandémica. Aquellos que sean capaces de atraer nuevos consumidores y conectarse con su público creando experiencias únicas se harán más fuertes a través de la adversidad. Aquí es donde el impacto de las tarjetas metálicas puede entrar en juego y marcar la diferencia. 

 

En este contexto, un reciente documento de investigación de AiteGroup sobre las tarjetas metálicas de pago de próxima generación muestra cómo en Estados Unidos y Europa dichas tarjetas metálicas han representado un medio clave para que las instituciones financieras, las fintechs y los bancos digitales se comuniquen con sus clientes digitales, ofreciéndoles una experiencia humana a través de productos Premium.

 

Por ejemplo, México representa un mercado favorable que se ha ido observando en términos de adopción exitosa de productos Premium. La edad media en México es de 28 años, y el 41% de la población tiene entre 25 y 54 años, lo que representa una fructífera base de consumidores jóvenes y conocedores de la tecnología. Estos jóvenes consumidores se sienten atraídos no sólo por los servicios digitales de los neo-bancos, sino también por sus beneficios generales que buscan diferenciarse, incluyendo productos específicos como el factor de forma “cool” de las tarjetas metálicas.

Las tarjetas metálicas impulsarán el crecimiento de las tecnologías financieras

 

Las tarjetas de pago metálicas no son en absoluto un concepto nuevo. Están presentes en el mercado desde hace casi 20 años. Sin embargo, su emisión se dirigía en un principio a los segmentos de nivel 1 y se limitaba a los segmentos de alto poder adquisitivo (UHNW).

Hoy en día, el consumidor objetivo de las tarjetas metálicas ha cambiado. Esto se debe a las necesidades de segmentación y diferenciación, que apuntan a un proceso de premiumización de la base de consumidores masivos. Entre ellos se encuentran los millennials, un segmento muy deseado por las fintechs. Las fintechs de Europa y el Reino Unido, entre otras, parecen haber contribuido a impulsar la emisión de tarjetas metálicas, como un factor de unicidad y de diferenciación, integrando las últimas tecnologías EMV y sin contacto para innovar y competir con las ofertas de los bancos tradicionales.
 

Las tarjetas metálicas son atractivas para las empresas de tecnología financiera por muchas razones. La tarjeta metálica no sólo tiene el "aspecto y la sensación" que el cliente busca en un producto, sino que también crea una elevada conexión emocional en la que el cliente tiene la sensación de formar parte de una comunidad Premium y “cool”. El efecto de premiumización asociado a beneficios específicos relacionados con la marca es clave para una experiencia única del cliente. Las tarjetas metálicas son una diferenciación que combina servicios digitales con un atractivo producto físico. Las tarjetas metálicas contribuyen a crear una noción de estatus, se vuelven "top-of-wallet". Elevan el posicionamiento de la marca de las fintechs y la percepción que el cliente tiene de ella. Según un análisis propio de CompoSecure, impulsan un mayor volumen de transacciones y gastos, aumentan la retención de clientes y, en un círculo virtuoso, pueden contribuir a la adquisición de nuevos clientes. 
 

Desafiar el statu quo
 

América Latina está siguiendo el ejemplo de las fintechs europeas, donde los casos de negocio apuntan a la adopción de tarjetas metálicas como un exitoso motor de crecimiento del negocio. Las fintechs latinoamericanas podrían definir su propia oferta de innovación de productos, de acuerdo con las especificidades y ecosistemas de sus mercados regionales y locales. El informe de AiteGroup concluye que las tarjetas metálicas podrían ser un motor clave para interrumpir el statu quo, especialmente en una región donde el segmento de población de millennials es alto, y donde la diferenciación y el factor “cool" son importantes.
 

Para obtener más información sobre las mejores prácticas de los retos comunes de las fintechs y una visión general de la emisión de tarjetas metálicas, le invitamos a descargar el informe completo de Aite Group encargado por CompoSecure LLC "A Competitive Edge for Fintech Issuers".