Sin embargo, una implementación poco satisfactoria en España está poniendo en riesgo millones de euros en ventas online al generar dificultades durante en el proceso de verificación.
 

Y es que España duplica a la media europea en la tasa de abandono de compras online. Las cifras son elocuentes: 12% en Europa y 24% en España.
 

Desde el 1 de enero de este año la autenticación reforzada exige que el servicio de pago utilice al menos dos datos distintos, conocidos como factores de autenticación. Estos factores se dividen en tres grupos:
 

Conocimiento: algo que el cliente conoce, como una contraseña o PIN.
 

Posesión: algo que el cliente posee, como una tarjeta de débito o un teléfono móvil.
 

Inherencia: algo inherente al cliente, como su huella dactilar.

Según explica Andrea Fiorentino, Head of Product & Solutions for Southern Eurpe de VISA, la experiencia del usuario esta afectando las tasas de conversión. “Es un desastre para el comercio el abandono del proceso de compra por experiencias terribles de cliente”, y puntualizó que las tasas de fraude en los procesos de compra son de las más bajas del mundo, rondando el 0,1% en España y el 0,5% en Europa.
 

El abandono responde a varios factores que afectan la experiencia del usuario durante el proceso de compra. Por ejemplo, no tener la tarjeta a mano, encontrar complicados los mecanismos de pagos, o sentir que su privacidad está siendo invadida al tener que registrar su voz, cara o huella.
 

En un mercado tan competitivo y complejo, es de esperar que solo lo players más innovadores serán quienes puedan abrirse camino. Al mismo tiempo, se cree que la AI podría jugar un rol preponderante a la hora de reducir la fricción entre el consumidor y el comercio.