Desde 2017 se ha posicionado como el país de mayor crecimiento en América Latina, con un aumento del 81% respecto a 2020.

Este hecho refleja un cambio en los indicadores de confianza a la hora de comprar online (7 de cada 10 clientes ya tienen confianza al comprar en línea) junto con un cambio en la frecuencia de las compras: hoy en día, el 50% de los compradores compran en línea todos los meses.

Solo el 15% de las pymes mexicanas vende internacionalmente a través de canales en línea, y la gran mayoría lo hace a través de plataformas de terceros como Amazon, lo que refleja la falta de un mayor impulso entre los compradores digitales para utilizar con más frecuencia esta modalidad de compra.

 

Según estudios de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), cuando se les pidió que eligieran las múltiples opciones que más les convenían, el 53% de los compradores dijo que si compraría en línea en sitios internacionales, probablemente optaría por artículos de moda (ropa, zapatos, accesorios), el 46% optaría por electrónicos, 46% para consolas/videojuegos y 41% para artículos deportivos.

Entre sus principales motivadores se encuentran los precios bajos y una mayor diversidad y calidad en los productos, posicionando a Estados Unidos, China y Japón como los países preferidos para estas compras. Los datos de AMVO también indican que las categorías más populares para el comercio electrónico transfronterizo son belleza y cosméticos (32 %), productos para el cuidado de mascotas (30 %) y alimentos y bebidas (27 %).

No obstante, las compras transfronterizas aún presentan un gran desafío: trabajar en mejorar la percepción que tienen los consumidores de hoy en cuanto a los altos costos de envío, los largos tiempos de entrega, el miedo a no recibir su compra o tener que pagar impuestos adicionales. Sin embargo, en México este sector representa un enorme potencial que puede ser explotado debido a que solo unas pocas pymes mexicanas venden por internet en otros países.