Para entender las diferencias, la Web 1.0, es el internet  inicial que cuenta con un contenido plano, estático y mayoritariamente informativo hecho para ser consumido sin esperar interacción. La Web 2.0 transforma todo lo anterior y permite a los usuarios interactuar de manera libre y en cualquier momento y un ejemplo son las redes sociales en donde un usuario colabora y retroalimenta la plataforma generando contenido, pero los datos de los usuarios, la privacía  y monetización de la información sigue siendo de las grandes empresas dueñas de las redes sociales. 

 

Conforme tenemos un mundo cada vez más conectado, a mayor velocidad y ayudados de la inteligencia artificial, la experiencia de internet se vuelve más personalizada ya que cada usuario va construyendo su experiencia.  En la Web 3.0, tú eres el dueño de tus datos y tu gestionas tus contenidos como prefieras y entre las plataformas que más te convengan. En esta nueva era de Internet, también los medios de pago se vuelven más ágiles por lo que el usuario un creador de contenidos podrá recibir un pago en cualquier tipo de medio de pago (NFT, criptomoneda) cada vez que alguien vea uno de sus contenidos por ejemplo.

Precisamente la forma de consumir será una de las mayores transformaciones. Esto se debe a que la Web 3.0 se basa en tres puntos principales: 1) La descentralización del sistema financiero (también conocida como DeFi), en donde los datos de pago ya no son propiedad exclusiva de la banca tradicional, 2) la privacidad y 3) la virtualización, con la reproducción de más experiencias del mundo real al digital.

 

Hablando de la descentralización, el sistema financiero puede basarse en varios tipos de monedas digitales, como el bitcoin, el ethereum y los NFTs (tokens no fungibles) que pueden hacer que el proceso de compra sea más rápido y accesible. Los NFTs, por ejemplo, pueden utilizarse como recompensas en los programas de fidelización, ayudando no sólo a aumentar la lealtad de los clientes, sino también a promover un mayor uso de las criptomonedas en los pagos online. En el tema de pagos, las transacciones cross border y los pagos internacionales también serán mucho más accesibles con DeFi. En la actualidad, todavía las transacciones cross-border dependen de la banca tradicional, añadiendo costos y complejidad a los usuarios  por este tipo de operaciones, pero la Web 3.0 hará que entren en el mercado muchos más agentes que ofrezcan los mismos servicios con costos más bajos y con un procesamiento más rápido. Sólo en México, Bitso duplicará en 2022 el volumen de remesas que procesa, alcanzando los dos mil millones de dólares, y estima procesar el 10 por ciento de todo el mercado de remesas para el 2023.

 

DeFi también apoyará a la inclusión financiera, ya que las personas o incluso las empresas que no tienen acceso al sistema financiero general pueden obtener financiamiento a través de aplicaciones descentralizadas. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Financiamiento a las Empresas (ENAFIN) , en el 2021, 59% de las microempresas no ha solicitado financiamiento formal citando entre las principales barreras: tasa de interés alta (62%), seguido de los muchos requisitos solicitados (39%) y la cantidad y dificultad de los trámites (33%). 

 

El tercer punto que destacamos en la Web 3.0 es la privacidad, que debe garantizar más seguridad en la experiencia de compra online, una de las demandas más urgentes. Cada transacción de compras y pagos en criptomonedas tiene lugar en blockchain, que es la red que registra el movimiento de las monedas digitales de forma privada, sin exponer los datos personales. Esto significa que los problemas que suelen afectar en gran medida al comercio electrónico, como son el fraude, así como devoluciones por cargos y las tasas de devolución, deberán reducirse en gran medida. Esta mejora con la seguridad es de gran importancia, ya que el fraude por hackeo de cuentas en México aumentó un 239% sólo en 2021 debido, principalmente, a la sofisticación de de hackeo de cuentas según el estudio publicado por Signifyid en el ebook "El crecimiento del e-commerce en México y el fraude: Nuevas oportunidades y nuevos desafíos".

 

Por último, el proceso de virtualización de la Web 3.0 digitalizará aún más los procesos de compra, migrando la experiencia del cliente cada vez más a una experiencia más virtual, donde el cliente podrá experimentar un producto de forma inmersiva. Además de poder experimentar en casa cómo puede vestirse una prenda antes de comprarla a través de recursos de realidad aumentada ya conocidos y que ya se practican, también tendremos un proceso de compra inmersivo desde el descubrimiento de un producto hasta la posventa. Todo esto sin mencionar las compras por voz y los asistentes virtuales que serán cada vez más potentes y accesibles.

 

Se espera que el comercio social crezca en todo el mundo un 30,8% anual entre 2022 y 2030, pasando de 724.000 millones de dólares en 2022 a aproximadamente 6,2 billones en 2030, según un estudio de Statista. Este crecimiento estará impulsado por la Web 3.0, que cada día está más cerca de la realidad de todos, gracias al mayor acceso a los dispositivos móviles y a la Internet de alta velocidad. Esto demuestra que todo el mundo saldrá ganando con la Internet de tercera generación, desde los vendedores y proveedores de servicios, que obtendrán más rendimiento de las ventas en línea, hasta los clientes, que tendrán más seguridad, acceso financiero y experiencias de compra más personalizadas e inmersivas.