Esta tendencia fue impulsada en un primer momento por la pandemia. Según el BCRP, el número de pagos digitales registrado a septiembre del 2022 es 72% superior a la época previa a la crisis sanitaria. “Esto demuestra la fuerza que ha adquirido el cambio de hábitos de la población y que los pagos digitales se utilizan cada vez más en transacciones de menor valor”, indica el informe.
 

Por su parte, Julio Velarde, presidente del instituto emisor, afirma que durante el año pasado los pagos digitales experimentaron un crecimiento del 270% en Perú.

 

 

Billeteras digitales

 

Hoy en día, la preferencia de los usuarios viene a través por instrumentos de pago que ofrezcan la mejor experiencia de uso: la inmediatez, la disponibilidad del servicio las 24 horas y un alto nivel de seguridad. Las billeteras digitales y las transferencias inmediatas son las que tuvieron mayor dinamismo durante el año pasado.

 

Así, La Asociación de bancos del Perú (Asbanc) sostiene que de enero a octubre de 2022, las billeteras digitales realizaron 979.5 millones de operaciones por un monto total de S/. 59,907 millones. Es decir, que los pagos totales vía este medio representaron el 40% del número de transacciones entre enero y octubre de ese año.

 

Actualmente, se calcula que existen 23.5 millones de usuarios de billeteras digitales, es decir, más del 70% de la población cuenta con este medio de pago. Entre las más usadas se encuentran Yape del BCP y Plin, que permite transferencias interbancarias inmediatas entre siete entidades del sistema financiero peruano: BBVA, Scotiabank, Interbank, BanBif, Caja Arequipa, Caja Sullana y Caja Ica.

 

Mauricio Sánchez, Head de Plin, resalta el crecimiento de la billetera que ya está cerca de los 10 millones de afiliados. Además, sostiene que en el marco de la interoperabilidad, Plin podrá crecer aún más e impulsará una mejor oferta de valor.

 

Por su parte, en 2023 se espera que más entidades usen métodos de pago digitales, ya sea a través de códigos QR o cualquier otro método y que practiquen la interoperabilidad con la finalidad de enriquecer la inclusión financiera de los pequeños comercios y compradores aún sin bancarizar.