Aunque las interfaces de usuario se están volviendo más simples, la complejidad detrás de escena sigue aumentando.
 

El informe predice que las ganancias globales de pagos seguirán siendo robustas en los próximos cinco años y podrían alcanzar un total de $3.1 billones para 2028. Sin embargo, el crecimiento anual se ha desacelerado a un 5% anual, en comparación con el 7% anual registrado entre 2018 y 2023.
 

Entre los factores que contribuyen a este crecimiento más modeardo se encuentran las tasas de interés decrecientes, la proliferación continua de pagos instantáneos, la fragmentación adicional de la cadena de valor y el creciente costo del fraude. 
 

El uso de efectivo a nivel mundial ahora representa el 80% de los niveles de 2019 y está disminuyendo a una tasa del 4% anual. En mercados con baja penetración de tarjetas, como India y Malasia, los pagos instantáneos seguirán reduciendo rápidamente el uso de efectivo, mientras que en lugares dominados por tarjetas, como Estados Unidos, la disminución será más gradual.

En la Unión Europea, nuevas regulaciones que imponen la paridad de costos verán el número de transacciones de pagos instantáneos aumentar de aproximadamente tres mil millones hoy a casi 30 mil millones para 2028. Aunque la entusiasmo por las CBDCs (Monedas Digitales de Banco Central) ha disminuido, McKinsey aún ve un papel para ellas en los pagos, estableciendo un nivel base de funcionalidad, costos y servicios que los usuarios pueden esperar de una moneda digital.
 

McKinsey espera que la creciente complejidad del sistema y la presión regulatoria impulsen tres tendencias que caracterizarán el futuro del paisaje de pagos:
 

1) Habrá una mayor consolidación del mercado a medida que los jugadores buscan reducir costos a través de economías de escala y reemplazar métodos de pago caros como los giros y los cheques con métodos digitales más eficientes. 

 

2) La orquestación de pagos aumentará a medida que los jugadores intenten capturar relaciones con comerciantes y clientes mientras protegen a los usuarios de la complejidad. 

 

3) Finalmente, se verá más acción regulatoria para reducir costos y delitos financieros, aumentar la protección al consumidor y mejorar la fiabilidad.