Dos tercios de los europeos creen que el dinero en efectivo está sucio, pero solo uno de cada cinco lucha contra la mala costumbre lavándose las manos tras pagar con él.
Un estudio desvelado por MasterCard muestra que aunque creemos que el uso de monedas y billetes es antihigiénico y sucio, tan solo uno de cada cinco europeos se lava las manos tras utilizarlo. El estudio realizado a más de 9.000 consumidores de 12 países europeos destaca que a pesar de que el dinero en efectivo es considerado más antihigiénico que los pasamanos del transporte público, los europeos luchan por romper con la mala costumbre de pagar con efectivo.
Tres cuartos de los encuestados está de acuerdo en que debería ser cuidadoso a la hora de manejar dinero en efectivo debido a los gérmenes que puede contener. Sin embargo, los resultados del estudio muestran que son más proclives a lavarse las manos tras hacer otras actividades como tocar un animal (46%) o viajar en transporte público (36%).
Un primer estudio realizado por MasterCard y la Universidad de Oxford en 2013 destacó que los billetes europeos contenían una media de 26.000 bacterias que podían ser potencialmente perjudiciales para la salud. A pesar de que los encuestados en esta ocasión reconocen los potenciales riesgos para la salud asociados al uso de dinero en efectivo, existe una brecha significativa en toda Europa entre el hecho de creer que el efectivo está sucio y hacer algo al respecto.
En España concretamente, el 69% de los encuestados cree que el dinero en efectivo es sucio y posible fuente de contacto con bacterias y gérmenes. Sin embargo, sólo el 17% de los españoles encuestados siempre se lava las manos tras manejar dinero efectivo, lo que supone una brecha de un 52% entre ser consciente de que billetes y monedas están sucios y hacer algo al respecto. Esta es la tercera mayor diferencia registrada en los países encuestados y, solo entre húngaros y franceses se observa una mayor brecha entre la creencia de que el efectivo es antihigiénico y la probabilidad de lavarse las manos tras utilizarlo.
Sobre la reticencia a romper con el hábito de pagar con efectivo, la psicóloga Donna Dawson destacaba: “El dinero, en forma de billetes y monedas, es el modo más visible de mostrar el poder económico y éxito individual, por ello es tan difícil que la gente haga asociaciones negativas al efectivo. La razón de la gran brecha entre lo que se dice y lo que se hace que muestra el estudio se debe a esa falta de conexión. Se puede reconocer que el dinero tiene gérmenes, pero no se hace una conexión entre usar dinero y contraer enfermedades.
Con el efectivo sucede algo similar a lo que ocurre con los gérmenes que hay en el aire que se respira, no se puede verlos y por tanto se cree que no se tiene control sobre ellos. La idea de poder ejercer el control sobre nuestras vidas es un factor altamente motivante para los seres humanos. Sin embargo, la sensación de control es a menudo una simple ilusión. Hay muchas cosas que no se pueden controlar, como los gérmenes que no se pueden ver. El 40% de los encuestados reconocían que no podían saber quién había utilizado el efectivo antes que ellos, la consecuencia es que la mayoría trata de no pensar en ello ya que no lo puede controlar, por lo que un 38% afirmaba que nunca piensa en esa posibilidad. Los datos sobre la suciedad del dinero en efectivo preocupará durante un rato, pero esta preocupación descenderá rápidamente en la lista de inquietudes a un puesto muy bajo. Es un caso de falta de visibilidad por parte de la mente.”
Además, esta encuesta de MasterCard demuestra que casi 4 de cada 10 europeos (37%) afirma que desearía hacer al menos un cambio en su vida diaria con el fin de ser más higiénico, y la mayoría de ellos afirma que preferiría usar una tarjeta o un sistema de pago sin contacto a fin de ser más higiénico.
El Dr. Jim O’Mahony, profesor de Biología en el Instituto de Tecnología de Cork, Irlanda, comentaba al respecto: “La asociación del dinero con la falta de higiene se ha establecido desde hace mucho tiempo. Desde una perspectiva histórica incluso se sabe que muchos aldeanos ingleses creían que el dinero era de alguna forma responsable de plagas y epidemias, y se ha constatado que algunos de ellos dejaban el dinero en abrevaderos con agua y vinagre a fin de descontaminarlo. Científicamente ha habido muchos estudios en los últimos años que han demostrado que billetes y monedas contienen bacterias y otros microbios. La mayoría de la gente sabe que manejar dinero en efectivo puede ser percibido como peligroso, pero a la hora de la práctica están poco dispuestos a adoptar medidas básicas de higiene al respecto.
Como han demostrado estudios previos, los billetes europeos contienen una media de 26.000 bacterias. Con este dato en mente debería existir un aumento en la conciencia de que el uso del dinero en efectivo puede ser una práctica tan peligrosa como tocar las manetas de las puertas de los baños públicos o los pasamanos de las escaleras mecánicas. A pesar de que no existen una normas internacionales firmes sobre el uso del dinero en efectivo durante periodos de riesgo como la época de la gripe o los brotes de infecciones en invierno, sería recomendable ser mucho más cuidadoso con la higiene durante esos periodos, cambiando por ejemplo a pagos in contacto.”
Ovidio Egido, director de MasterCard en España añadía: “Lo que resulta más evidente según los resultados del estudio de este año es que a pesar de estar al tanto de los peligros higiénicos del efectivo, los españoles aún luchan por romper con la costumbre de utilizarlo. Usar sistemas de pago electrónicos o pagos sin contacto a través de tarjetas o dispositivos propios representa una forma de eliminar el contacto con algunas de las bacterias y gérmenes que sabemos que se transmiten a través de billetes y monedas”.