A pesar de que la compañía anunció en 2024 la apertura de esta tecnología a terceros, entidades como Febraban y Zetta acusan a la big tech de imponer restricciones que limitan su uso efectivo por parte de bancos y Fintech.
 

La controversia, es la política de Apple para permitir el desarrollo de soluciones de pago de terceros en iOS. Cade abrió la investigación de oficio el pasado 4 de abril, luego de una audiencia pública con representantes del sector financiero, especialistas en derecho digital y desarrolladores de aplicaciones. En ese encuentro, se criticaron diversas prácticas de Apple que, según los participantes, dificultan la competencia frente a sus propios servicios nativos.
 

Aunque en agosto de 2024 Apple comunicó que liberaría el acceso a la API de NFC en Brasil, lo que permitiría habilitar funciones como Pix por aproximación en iPhones, el avance ha sido escaso. Las condiciones impuestas por la empresa —como la necesidad de acuerdos comerciales y cumplimiento de requisitos regulatorios y técnicos— han sido vistas como barreras significativas.

Uno de los puntos más cuestionados es la exigencia de que las aplicaciones de pagos pasen por un análisis de seguridad realizado por un laboratorio independiente designado… por la propia Apple. Además, las empresas deben asumir los costos de este proceso, a pesar de que sus apps ya pasan por una revisión en la App Store.
 

Las Fintech también deben acordar con Apple una comisión por transacción, que puede variar entre 0,12% y 0,17%. Para startups o actores más pequeños, este costo adicional puede significar un freno a la innovación.
 

La situación se agrava con otros procesos en curso: Cade también exige que Apple permita la instalación de aplicaciones por fuera de la App Store y acepte sistemas de pago alternativos. Aunque esa medida se encuentra temporalmente suspendida, todo indica que el debate legal continuará en instancias superiores.