A través de una carta abierta firmada por sus 16 accionistas —entre ellos Deutsche Bank, ING, Société Générale, Groupe BPCE, Crédit Mutuel, KBC Bank y Rabobank, junto a actores clave como Worldline y Nexi—, EPI aboga por una mayor colaboración con redes locales de pagos digitales, como paso estratégico hacia un ecosistema verdaderamente unificado.
 

La iniciativa, que actualmente impulsa la solución propia Wero, busca dejar atrás el enfoque competitivo que marcó sus inicios y propone ahora una cooperación activa con plataformas ya consolidadas como Bizum (España), SIBS (Portugal) y Bancomat Pay (Italia). La nueva hoja de ruta reconoce que la clave no reside únicamente en desarrollar una alternativa desde cero, sino en capitalizar las bases de clientes y la penetración de uso ya alcanzadas por estas soluciones.
 

 

 

“Las diferentes iniciativas de pago existentes ya pueden contribuir sustancialmente a la soberanía europea en este ámbito”, señala el documento, en referencia a la posibilidad de articular un modelo compartido que garantice independencia tecnológica y operativa frente a gigantes globales como Visa y Mastercard.

 

El renovado posicionamiento de EPI no solo representa un cambio estratégico, sino también un paso pragmático hacia una red de pagos digitales que combine escala paneuropea, interoperabilidad y control regional. En un contexto marcado por la digitalización acelerada y el auge de soluciones instantáneas, el proyecto busca consolidarse como una plataforma de pagos europea competitiva, segura y alineada con las prioridades del bloque.